A Frutòn una mañana
llegó el coronavirus
que es un pequeño virus
me contó una manzana.
Y anoche una banana
me marcó a mi celular
porque me quería contar
que ese virus contagioso
es un virus peligroso
y nos debemos cuidar.
Mi vecino que escuchaba
aquella conversación
hizo su intromisión:
¡No creas en esas bobadas!
¡Mentiras, no pasa nada!
A los poquiticos días
me contaron dos sandías
que el vecino se enfermó
del covid se contagió,
y hoy sufre su agonía.
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