viernes, 3 de septiembre de 2021

LA GALLINA DE MI VECINA







Mi vecina, la señora

María Dolores,  compró,

una gallina ponedora,

que ponía huevos a montón.

 

No ponía uno, dos, ni tres

ponía catorce a la vez,

en la tarde, en la mañana

y por la noche también.

 

Todos los días, María,

iba al mercado feliz,

y los huevos, ella vendía,

cada uno a cinco mil.

 

Pero resulta que un día

la gallina conoció,

a un apuesto y fino gallo,

y  de él, se enamoró.

 

Paquermino se llamaba

y a Celina conquistó,

con su celeste mirada

y su sonrisa de sol.

 

Le llevaba mil detalles;

serenatas y cartas de amor,

y a los poquiticos meses,

llevarla al altar, le juró.

 

La gallina enamorada

hasta la memoria perdió,

solo ponía un huevo al día

y su ama se enojó.

 

¿Qué hizo entonces María?

Agarró al gallo con furia,

el cuello le retorció

y un sancocho preparó.

 

La gallina deprimida

ya no puso un huevo más,

y lo único que hacía,

era llorar y llorar.

 

Los días fueron pasando

de tristeza se enfermó,

y una mañana de invierno

para el cielo se marchó.

 

Hoy mi vecina querida

con un halo de dolor,

lamenta haber tomado

tan equívoca decisión.

 

Y se ha quedado muy triste

además, muy solita,

sin huevos, sin herederos,

sin su linda gallinita.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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